Mis Escritos

Mis escritos

son gratutitos

copia y pega

y ya está.

Los derechos de autor son demasiado caros

son la excusa del depredador

para hacer dinero fácil

a costa del escritor.

Por eso prefiero confiar

en que se reconocerá mi autoría.

Por eso, yo regalo mi trabajo

siempre que reconozcan mi autoría...

Copia y pega y es todo tuyo,

con mi nombre en el final.

Gracias

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martes, 24 de agosto de 2010

Perspectivas


El poema puede ser visto desde tres perspectivas:
  
1) La perspectiva del lector
2) La perspectiva del crítico literario
3) La perspectiva del escritor del texto.
  
Las tres perspectivas pudieran coincidir en cuanto a la calidad del texto, pero no tienen porqué hacerlo necesariamente, veamos el por qué:

Desde el punto de vista del crítico literario, lo más importante serán las técnicas usadas y la manera en que éstas se combinan para forjar un cuerpo poético, el uso de tropos y demás figuras literarias para obtener un ritmo ya sea fonético, semántico o simbólico o una combinación de ellos, el uso de la métrica estricta o irregular según el tipo de estilo que se busque, la rima existente o no, la reflexión o menos que el escritor haya realizado antes de escribir el texto y qué tan bien está informado sobre el contenido (cosa que se deduce –a veces fácilmente y a veces con cierta dificultad- de la lectura del texto) y finalmente la armonía resultante del uso de las técnicas en la composición.

Desde el punto de vista del lector, quien puede conocer las técnicas y no conocerlas, lo más importante es lo que el escrito despierta en él, su decisión de si está o no frente a un poema es enteramente subjetiva y depende de las emociones que produce el texto en su mente, alma y espíritu.

Desde el punto de vista del escritor lo más importante es qué tanta capacidad ha logrado de transmitir el o los mensajes que intentaba transmitir, es decir que tan eficaz, eficiente y efectiva es la comunicación  que brota del texto; además de lo bien o mal que suena el escrito.
Respecto a la comunicación, hemos de entender que su significado no está en lo que el comunicador quiere expresar sino en lo que su interlocutor consigue interpretar.
De manera que, si el mensaje no llega al lector como el poeta quiere que le llegue es deber y obligación de este último revisar las técnicas de comunicación que ha empleado y modificarlas en consecuencia.

Ahora que; siendo la poesía alta y profundamente subjetiva, es evidente que los lectores no tendrán –en muchos casos- ni la más remota idea de cuáles acontecimientos, eventos y/o fenómenos le acaecieron al escritor para que hubiese escrito lo que plasmó en el papel; a menos claro, que los eventos estén narrados y descritos en el texto, por tanto lo que el poeta intenta trasmitir es la insurgencia de estados de ánimo en el lector, y esto lo busca ya sea conciente o inconcientemente.

Por tanto todo escritor requiere de retroalimentación respecto a sus trabajos; retroalimentación de parte de los críticos literarios para conocer que tanto ha mejorado en el uso de sus técnicas y retroalimentación por parte de los lectores para conocer si estos últimos recibieron los mensajes que se trataban de transmitir (siempre en cuanto a estados de ánimo que el texto evoca; a menos que el mensaje sea claro y explícito en el texto mismo)

Por esta razón es bueno reflexionar y meditar antes de escribir, y observar interiormente al objeto a sublimar desde todas las perspectivas posibles, no sólo desde los ojos y oídos del lector y del crítico, sino también desde los puntos de vista de todos los entes y personas que se relacionan con el objeto, y también desde la perspectiva del objeto como objeto tanto animado como inanimado (si el objeto a sublimar es inanimado, darle personalidad es un buen ejercicio para la imaginación creativa).
Ejemplo:

¿Qué diría la naranja si pudiera hablar?
No desgaje mis entrañas, se lo ruego por favor
¡No me coma que lo amargo totalmente, si señor!

(requiere pulitura, ni modo así quedó, mis disculpas a quién lea)

Megarrealismo quinta entrega


Cuando las ideas maduran, danzan en el aire a la espera de quien quiera recogerlas.
Es como si la inteligencia fuera parte inherente e inseparable del Universo mismo, quién -organismo vivo- tan sólo espera que maduremos para regalarnos gratuitamente y con esmero y gozo su total sabiduría.
¿Mente cósmica? ¿Dios?, quién sabe…
(Yo Mismo)





Para el último ensayo megarrealista, voy a juntar una serie de ideas y conceptos inconexos, en el espíritu de las singularidades, puntos del espacio tiempo en que se quiebran todas las leyes de la física, y en el espíritu de los horizontes de sucesos, puntos del espacio tiempo en que todas las probabilidades son posibles.
Pero comencemos con un ulterior intento de definir lo que es arte poética:

Definir la poesía en tiempos aristotélicos era sumamente fácil:
“La poesía es arte y el arte es belleza, punto.”
Pero en tiempos ulteriores la cosa se complicó sobremanera, pues el arte fue quirúrgicamente separado de la belleza, de modo que dicho arte podía ser bello, neutro o incluso feo; así, la poesía que sigue siendo arte ya no es necesariamente belleza.
¿Habrá poemas hermosos y habrá poemas feos?, al respecto baste citar la poesía Crap y; tal vez también, la antipoesía.
Pero entonces ¿cómo definimos el arte poética?; ¿cuál es esa característica común a todo poema?, yo diría (y me lo consientan los doctos y versados) que el lugar común de todo poema es la sensibilidad que despierta en el lector.
Si un escrito mueve a las emociones del lector entonces es poético, incluso cuando las emociones evocadas son de indignación, ira, vergüenza o cualquier otra de esas que preferimos guardar en los baúles más recónditos del subconsciente (con tanto de cadenas y cerrojos).
Después de todo, si lo que el escritor pretende es indignar y así lo consiguiere es evidente que ha hecho arte al conseguir su cometido.
Tal no es el caso; en cambio de aquél que escribe buscando despertar simpatías y consigue animadversión, o queriendo despertar tristezas consigue matarnos de la risa.
De manera que; a un nivel enteramente subjetivo, el único que sabe a ciencia cierta si lo que hizo es arte o menos es precisamente aquel que escribe; esto si recibe suficiente retroalimentación de sus lectores.
Es por ello que todo escritor muestra su trabajo a sus amigos y pide conocer sus impresiones, y es tal vez por esto que los portales y foros del cyber espacio se han vuelto tan populares entre quienes hacen vida literaria.

Por otro lado, respecto a la representación artística de la realidad, es bien sabido que ella debe ser artificial e imaginaria y no una descripción o narración  periodística de la cotidianeidad, pues entonces no tendríamos arte sino prensa.
Aquí es donde entran las técnicas literarias que no vamos a discutir pues hay abundante material impreso al respecto (sobre todo en Internet)
En cambio si vamos a abordar la presentación de elementos paradójicos en una obra.
Por ejemplo:
En un escrito en que se nos presentan escenarios imposibles, como por ejemplo aquel escenario en que se encuentran reunidos en la misma estrofa elementos que en la realidad están separados por distancias geográficas y/o temporales; -como pudiera ser la mezcla de objetos tropicales y árticos en el mismo ambiente- ¿cuál sería la conexión entre dichos elementos?

El observador es la conexión, el escritor como observante es quién conecta los elementos más dispares, pues todo aquello que en el Universo físico aparece separado e independiente de todo lo demás, en el Universo psíquico subjetivo, se presenta unido al resto de objetos, eventos y fenómenos que conforman dicho cosmos interior.
Toas las experiencias del escribiente están íntimamente interrelacionadas entre sí y con sus creencias, opiniones, principios, juicios de valor, etc. Formando así un mapa mental que es único y exclusivo de él mismo y representa su mundo interior.
Así se conforma en el interior de cada mente individual un entramado de fractalidad caótica y aún así perfectamente ordenada, donde coexisten ya sea en sana paz, ya sea en evidentes conflictos y aún conflagraciones todas las facetas del yo que van a constituir su personalidad.

En cuanto a las capacidades perceptivas del artista, vale decir que ellas cambiarán según la perspectiva desde la cual se observa el Universo (interno y externo) y según los paradigmas asociados a dichas perspectivas, por ejemplo:
Si vemos un árbol frente a nuestros ojos veremos un único ser vivo, con su tronco, sus ramas y hojas, luchando y compitiendo por un rayito de luz que permita su fotosíntesis.
Pero si observamos dicho árbol desde una perspectiva más alejada, entonces notaremos todo un complejo ecosistema, pues el árbol en sí mismo es guarida, hogar y nutrimento para un sinfín de mamíferos, aves, insectos y artrópodos, que interactúan entre sí y con el árbol a escalas tales que pareciéramos estar ante un pequeño universo, y esto lo notamos sólo a nivel visible porque somos incapaces de observar a simple vista las bacterias que fijan el nitrógeno a las raíces, los microbios que deambulan por las ramas, los parásitos y simbiontes microscópicos que inundan tanto el interior como el exterior del árbol mismo y de todos sus habitantes.
De manera que desde una perspectiva holística, el árbol, más que un ser vivo es un sistema vivificante.
Y qué decir entonces del bosque que contiene infinitos árboles, tantos microcosmos de indescriptible belleza; qué decir de Gaia hermosa, que contiene en sus entrañas infinitos ecosistemas muy variados, desde tundras hasta selvas, desde desiertos hasta páramos, y pelágicos senderos y oceánicos lugares, todos ellos vivos y vivificantes y todos ellos más o menos interrelacionados.

Por último quiero reintroducir las realidades cuánticas, o al menos atisbos de ellas, naturalmente dentro de lo que mi gigantesca ignorancia en materia me permita, veamos qué sale:

La astrofísica nos presenta en la actualidad una idea muy sugestiva que podría cambiar por completo el rumbo de la Filosofía.
La teoría en cuestión podría explicarse como sigue:
Cada vez que tomamos una decisión nos encontramos frente a una encrucijada con varias opciones a escoger, supongamos que las opciones sean dos, tomar el camino de la derecha o tomar el de la izquierda; si vamos a nuestra diestra nos conectaremos con un Universo paralelo, en caso contrario nos conectaremos con otro distinto. Ambos universos coexisten en el mismo espacio tiempo y ambos tienen “clones” de nosotros, y dado que hay decisiones que presentan infinitas posibilidades a escoger, existirían infinitos Universos paralelos; dispuestos como las capas en una cebolla; en el mismo espacio tiempo, por tanto existen infinitos “yoes”  actuando en cada una de estas capas; y todo en el mismo espacio tiempo.
¿Están estos yoes relacionados?, ¿se influencias unos a otros porque son como las infinitas capas del mismo ente caleidoscópico? O por el contrario son totalmente independientes unos de otros, sin relación alguna entre ellos?
Y cómo afectan estos fenómenos a nuestra cotidianeidad de ser ciertos?

Según Einstein es imposible superar la velocidad de la luz, esto es debido a que la cantidad de masa es directamente   proporcional a su velocidad, o sea que mientras más rápido se mueve un objeto, mayor es su masa, y al alcanzar las cercanías de la velocidad de la luz, la masa roza el infinito, de modo que se requieren infinitas cantidades de energía para acelerar dicho cuerpo.
Por otro lado los taquiones carecen de masa y no sólo pueden romper la barrera de la luz, sino que además pueden viajar en el tiempo, al pasado y al futuro.
¿Y el pensamiento?, pues mucho se me hace que también carece de masa, las limitaciones del pensamiento no están dadas por el pensamiento en sí sino por la fisiología del cuerpo, pensar en monólogos interiores es lento porque vocalizamos en silencio lo que articulamos con la mente, pero pensar en imágenes hace el proceso tan veloz que ni siquiera podemos tomar entera conciencia de las innumerables imágenes que inundan nuestra mente.
S e ha hablado de más de cincuenta mil imágenes ¡por segundo!
Y si fuera cierto que las ondas de pensamiento carecen de masa, entonces también es verdad que a través de él tenemos acceso al pasado más lejano posible y al futuro más distante, claro que la primera condición para que dicho acceso se verifique es creer en que ello es posible.
Y me viene a la mente Nostradamus con sus proféticas cuartetas.
Será que el hombre ya sabía que el tiempo es un entramado donde coexisten simultáneamente pasado, presente y futuro, o tal vez creía firmemente en el acceso a tiempos ajenos a su persona ¡La fe mueve montañas!

He llegado a la conclusión de que el tiempo no es algo que transcurre ante nuestros ojos sino que es parte integrante (junto con el espacio) de los quarks que forman nuestros electrones, protones y neutrones, de manera que básicamente y a un nivel por debajo de los quark estaríamos constituidos por espacio tiempo ni más ni menos.
Claro que dicha composición se refiere al cuerpo físico, pero también podría referirse al alma misma, si ésta fuera energía e información, o sea alguna forma invisible de luz (todo esto siempre que el alma en verdad exista, pero no quiero extraviarme por ramales, al menos por ahora)


Pareciera que la nueva poesía está orientada a sublimar la mecánica cuántica, lo cual me agrada, pero muy malo sería si se enclaustrara exclusivamente en ello.
Por ejemplo, por qué no una poesía genética, o incluso genético cuántica; ¿cómo se comporta el DNA a nivel subatómico? ¿qué descubrimientos y tecnologías podrían traer a la ingeniería genética el estudio de los campos cuánticos en las enzimas? -poesía macromolecular-

Volviendo al tema de la transrealidad, el problema más serio lo pone el tiempo, puesto que cuando se pensaba (según la lógica cartesiana) que el Universo era un enorme reloj y el tiempo transcurría linealmente, la humanidad creía que había llegado a la cumbre de la sabiduría, pero luego ¡o sorpresa! el tiempo no es lineal sino multidimensional, y más luego el tiempo es un entramado unido al espacio y ahora, el tiempo resulta que ni existe; al menos no como solíamos pensar de él.
Es más pareciera ser que el tiempo se acelera todos los días a medida que se expande el espacio a causa de cierta energía oscura que nadie sabe qué es ni con qué se come.
Y junto a la escurridiza energía oscura galopa violentamente a complicarnos aun más las cosas una materia oscura no menos intrigante, y una antimateria además, sólo falta que coronen la torta con una guinda amarga de antienergía ¡Dios no lo consienta!

Como es de notar, el Universo es mucho menos caótico y mucho más complicado de lo que jamás nos imaginamos.
Valga saber que las galaxias se aglomeran en cúmulos y los cúmulos a su vez se reúnen en supercúmulos, y que el Universo no es uni nada, sino que es un enorme agregado de burbujas pletóricas de supercúmulos e interconectadas entre sí, para formar el Multiverso.
¿Y la teoría de cuerdas?, bueno es un tema fascinante pero debo confesar que allí mismo es en dónde soy más bruto.

lunes, 23 de agosto de 2010

Megarrealismo cuarto ensayo (todo es poetizable)


“Todo; absolutamente todo, es perfectamente poetizable”
(Yo Mismo)

La poesía es un arte y como todo arte tiene sus técnicas; así como el pintor conoce sus óleos, acrílicos y témperas, y sus lienzos y murales,  así como conoce la escala de colores y su degradación desde los tonos brillantes hasta los tonos oscuros pasando por los pasteles y todas las técnicas asociadas a sus usos, así también el poeta ha de conocer las técnicas de ritmo, forma y estructura.

La rima consonante, asonante, blanca y ausente, la métrica estricta y la métrica libre, el ritmo fonético, y el semántico y el simbólico; junto a las palabras representan todos ellos los instrumentos del juglar para sublimar su entorno a través de la pluma (entiéndase por entorno tanto el Universo exterior como el Universo interior del artista con todas sus manifestaciones)

Y todo puede ser sublimado por la pluma, al respecto recuerdo al premio Nóbel Ricardo Eliécer Neftalí Reyes, quién le escribió una muy hermosa oda a algo tan ordinario y común como lo es la cebolla.
Así que todo se puede embellecer con palabras, podríamos cantarle al bombillo; por ejemplo

Ah bombillo iluminado,
pedacito de Universo alborotado
que permite la plácida lectura
aun en la noche más oscura.

(Claro que esta estrofa requiere pulimento, pero rinde la idea)

Por qué no una oda a la cerradura:

Cerradura humilde y fría
tú que impides a los chacales del hampa
adentrarse en la guarida de los justos
nunca impidas que visite mi morada
un corazón sincero y amable.

(Otra estrofa que pide cera y brazo, mis disculpas por eso)

La cuestión no es qué cosa es poetizable, sino cómo poetizo lo que quiero sublimar.
No sé si dicha pregunta tenga respuesta, pero me aventuro a pensar que mediante un ejercicio de reflexión y/o meditación, después de informarnos lo más a fondo posible acerca del fenómeno en cuestión, la aventura de embellecer lo ordinario y permutarlo a extraordinario se transforma en un agradable paseo.

Entonces, para sublimar el tomate, el mango, el mantel sobre la mesa, el celular, el automóvil o lo que sea, lo primero es preguntarnos ¿qué tanto sé de eso?, y según la respuesta veremos si nos animamos a escribir de inmediato o si preferimos ahondar, conocer todas las características inherentes al objeto o evento en cuestión, para luego reflexionar sobre sus usos y cualidades y sobre el léxico asociado a él o a los menesteres, quehaceres y disciplinas con él relacionados.
Y meditar, dejar la mente en blanco o cerrar los ojos y visualizar el objeto o evento desde varias perspectivas, saborear su forma, deleitarnos con sus colores y sombras, asombrarnos con sus usos, tanto los usos ordinarios (aceptados por la sociedad toda por convención y a través del aprendizaje) como los extraordinarios, impensables, extravagantes…

Y luego sentarnos a escribir, usando las técnicas poéticas que se nos hagan más fluidas, cuidando el ritmo y la gracia, haciendo versos diamantinos, prismáticos y luminosos.
(Me pasé, mis disculpas si no soy claro en mi exposición)

En definitiva, lo que quiero decir es que todo objeto, hecho, evento o fenómeno es poetizable si se poseen las herramientas necesarias para esculpir; de la palabra bruta, la joya poética.

Megarrealismo tercer ensayo


Megarrealismo: tercer manifiesto.

“Lo único que limita a la poesía es el miedo del poeta a la crítica y al qué dirán.”
(Yo Mismo)

Es absurdo pretender que la nueva poesía se alimente única y exclusivamente de palabras “literarias” y esperar al mismo tiempo que los poemas resultantes sean originales. Esto es así porque ya son más de dos mil años que se usan palabras literarias en el discurso poético, así que todas (o al menos la mayoría de ellas) ya están trilladas.

Por otro lado ningún ser humano conoce sólo, única y exclusivamente lo relativo a su profesión, por muy especializado que en ella esté. Todos tenemos aptitudes y vocación para numerosas áreas del saber.
-Aquí  hay que aclarar que la especialización no es una necesidad del Hoimbre, sino de la sociedad en la que éste vive y comparte, y dicha necesidad se presenta por la obligación implícita en la distribución del trabajo y los quehaceres en las sociedades en cuestión.-
 Por tanto resulta evidente e innegable que toda persona tiene intereses variados y conocimientos amplios, vastos, extensos y a veces incluso profundos en más de una área de la cultura.
Así, el médico puede ser aficionado de la pesca y de la caza, el ingeniero edilicio puede sentir pasión por la aeronáutica, el electricista puede que disfrute del estudio de la sociología, asimismo el escritor también puede tener los intereses más diversos.

Ahora; según mis experiencias y percepciones, es mi creencia que para hacer poesía se requieren de al menos cuatro circunstancias decisivas:
1)      El conocimiento de las técnicas poéticas y literarias.
2)      La pasión por escribir, llámese inspiración, vena poética o como se quiera.
3)      Una cultura general no indiferente.
4)      El conocimiento de sí mismo que tenga el poeta, de sus aptitudes y vocaciones,
de sus intereses, hobbies y devociones.

Ahora, las palabras para la nueva poesía deben sí proceder del ámbito literario, pero no sólo…
También deben provenir de las ciencias naturales, de las ciencias sociales, de la técnica y tecnología, de las muchas artesanías y de todo el ámbito cultural en que se mueve el hombre.
Por supuesto es obvio que no podemos pedirle a un poeta que se aburre con la física, que nos haga poesía cuántica porque le va a quedar mal, es por esta razón que el poeta tiene que conocerse y abarcar aquellos campos del saber humano que más le apasionan.
Así, un escritor que tiene conocimientos de la pesca incluirá en sus poemas tanto de cañas y anzuelos, señuelos, redes y atarrayas y peces de toda índole.
El escritor que ama la arquitectura llenará sus escritos con toda clase de columnas y dinteles, vigas y arcos, bóvedas y planos, líneas y geometrías.
Incluso, si existiera una poetisa cuyo único interés (aparte de la lírica) es el tejido, ¿por qué no llenar sus temas de puntos y contrapuntos, de lanas y de hilos o lo que convenga a dicha arte?

Las palabras para enriquecer a la poesía están a la mano, todo lo que tenemos que hacer para alcanzarlas es quitarnos la venda de los ojos y dejar de creer que están prohibidas las migraciones de vocablos entre campos del saber.
¿Es que acaso no le cantó Neruda al alfarero?, ¿no es cierto que haya que tener conocimientos de alfarería para lograr un poema en ese sentido?, cuando menos conocer el torno y la arcilla.
Además, no son los críticos literarios quienes prohíben las migraciones de términos al ámbito poético; por el contrario, ellos lo aplauden.
Y dichas migraciones se han dado en todos los tiempos, porque todos los poetas de todas las épocas se han ocupado; principalmente, de sublimar las cotidianeidades de su tiempo o cuando menos introducir abundantes elementos de su día a día.
Y nunca lo cotidiano fue tan complejo como lo es ahora, fíjense que estoy escribiendo
sin hoja de papel y estoy publicando sin editorial ni imprenta,  y si lo que escribo gusta llegaré a toda Íbero América;. Si hace nada más veinte años alguien me hubiera dicho que todo esto es posible, yo le habría llamado loco, demente y descerebrado.

Por ejemplo, sería en verdad triste y lamentable que alguien con vena poética no escriba sólo porque todo su vocabulario tiene que hacer nada más con panaderías y los menesteres a ellas asociados, muy por el contrario, yo le diría “estudia las técnicas poéticas y luego cántale odas al pan, a las tortas y a los pasteles”, porque si el poeta no escribe, ese evento representa una pérdida cultural para toda la humanidad.
Y vamos, ¿quién fue el poeta más grande de Francia en el siglo veinte?, fue el despachador de un cafetín, un tal señor de apellido Prevert,  cuánto no habría perdido la literatura francesa si ese señor se hubiese dicho a sí mismo “¿qué voy a saber yo de poesía si todo lo que hago es lavar tazas y servirle café a los franceses?”

A propósito de las pasiones; quiero dejar en claro que si escribo poesía cuántica es sólo porque me apasiona la astrofísica (aunque no la entienda mucho) y siempre incluyo en mis temas aquellas áreas del saber que me apasionan (aunque no sepa nada de ellas, pues no hay obstáculo que la pasión no venza) pero los temas que no me apasionan no los toco, los leo por amor a la poesía pero no me atrevo a escribir sobre algo que no mueva emociones en mis multiformes yoes, desde lo más profundo de mi subconsciente.

Por eso estoy totalmente convencido de que es enteramente falso que la poesía haya muerto, enferma si está, tal vez incluso agonice (aunque a mi no me lo parece);
Pero rescatar a la poesía de su estado es tarea de los escritores, y cada quién pesque los vocablos y los temas en los ámbitos culturales que más les apasionen.
Es por ello que hablo de Megarrealismo, no sólo como corriente del todo sino también en el sentido de ir más allá del realismo, cada quién según los dictados de las multiformidades de sus universos interiores, así que más que una corriente, quisiera yo ver en este Megarrealismo (que no acabo de definir) la excusa para enriquecer la poesía (parafraseando a la astrofísica) según todas las posibilidades habidas y por haber.
Lo que espero, lo único que en verdad aspiro es poder leer poemas que sublimen cualquier oficio, cualquier fenómeno, cualquier evento experienciado o no, de manera que la literatura contemporánea se transforme en un horizonte de sucesos donde todo es posible.

Y recordemos siempre que para que un tratado sea poético sólo hacen falta dos características, belleza y sensibilidad
La primera se consigue con la aplicación de las técnicas literarias, la segunda se consigue poniéndole corazón y dando siempre nuestro mejor esfuerzo.

domingo, 22 de agosto de 2010

La nueva poesía


Antes que nada, quiero definir y conceptualizar; lo mejor posible que me permita mi evidente ignorancia, algunas definiciones respecto del arte de la sublimación de la palabra escrita, así:

¿Qué es poesía?, poesía es ante todo ritmo, que se puede conseguir; ya sea mediante rigurosas reglas métricas, ya sea mediante la rima, ya sea mediante ritmos fonéticos, semánticos, simbólicos e ideográficos.
Pero la poesía también es belleza, tiene que serlo, por tanto entra dentro del campo de estudio de la estética.
Ahora, la poesía es un arte, pues a través de técnicas artificiales consigue la sublimación de conceptos e ideas, de fenómenos y eventos que suceden ante el observador.
Consigue pues la sublimación de las realidades, de todas las realidades observadas por el hombre, desde aquellas enteramente naturales hasta las oníricas, propias del mundo interior del observador en cuestión, pasando por las artificiales y las artificiosas que incluyen todo aquello hecho por la mano humana, desde el cuchillo de palo y la rueda hasta el trasbordador espacial.

En pocas palabras, la poesía sublima la cotidianeidad del hombre, sus hechos, sus inquietudes, sus realidades, sus fantasías, su entorno; tanto aledaño como distante, tanto artesanal y tecnológico como virgen y natural, su cuerpo biológico, su cuerpo psicológico, su parte espiritual y anímica así como la de sus prójimos y alejados congéneres, su pasado histórico, su presente y su futuro esperado y expectante.

Ahora, pareciera ser que para los poetas de tiempos anteriores al nuestro, estos conceptos de sublimación de lo cotidiano eran tácitos pero inherentes a ellos.
Así, los poetas del Siglo de Oro sublimaron la cotidianeidad renacentista, los anteriores a ellos sublimaron la cotidianeidad feudal, los surrealistas hicieron otro tanto con la cotidianeidad industrial y los modernistas y post-modernistas también dieron lo suyo con los períodos pre-guerra y post guerra (tomando como referencia los dos conflictos mundiales)
¿Pero qué pasa con los escritores más contemporáneos?, pues que somos totalmente anacrónicos, pues vamos por el mundo sublimando realidades ajenas a nuestro maravilloso tiempo, a nuestra era petrolera, plástica, nuclear, informática, genética, cuántica, relativista o como quieran llamarla (nunca una era tuvo tantas posibilidades de bautizo como la nuestra).
Nos limitamos a repetir; con palabras distintas (muchas veces muy originales, lo admito) las realidades que nos antecedieron; lo cual está bien pues sublimamos el pasado, pero ¿qué hay del presente?, ¿y el futuro?
De sólo pensar que en menos de cuarenta años se ha pasado del teléfono de disco (donde un disco de plástico agujereado se hacía girar con el dedo para marcar el número telefónico deseado) al celular con cámara fotográfica integrada y acceso a Internet, se me eriza la piel.
De seguro los creadores del primer Star Trek jamás se imaginaron que los intercomunicadores usados por el Capitán Kirk y el Señor Spok no sólo serían creados sino inclusive serían mejorados en menos de un lustro.
En menos de un lustro pasamos del televisor en blanco y negro al plasma tridimensional, de la perinola y el trompo a las consolas de videojuegos en que los controles son nuestros movimientos corporales (véase el último Xbox), desde las cintas de ocho milímetros hasta los reproductores de discos compactos de celulosa (o sea papel) como son los Blue Ray.
Desde el motor de combustión de cuatro y ocho tiempos hemos llegado rápidamente hasta los motores eléctricos movidos por paneles solares, o nitrógeno líquido o hidrógeno y oxígeno o incluso –y sorpréndanse- ¡AIRE COMPRIMIDO!
Todo esto sin contar los motores a propulsión iónica que usan algunos de nuestros satélites artificiales.
Y quién iba a imaginarse; hace nada más cuarenta años, que un día todo el mundo podría tener un computador personal en su habitación y conectarse con cualquier terrícola a través de él, sin importar las distancias físicas.
Todo esto es parte de nuestra cotidianeidad, todo esto es parte muy importante de nuestro día a día.

Me pregunto si alguien habrá escrito ya una oda al celular o a la pulidora, al televisor o al lavaplatos o al computador personal o al disco compacto o a la videoconsola o a la teoría sistémica o a la teoría del caos fractal o a la teoría de cuerdas o a la relatividad especial o al continuum espaciotemporal o a la terraformación de planetas, a la multidimensionalidad del universo del que todos formamos parte.
Porque el Universo no es un ente abstracto, ni siquiera es un ente que; aún siendo concreto y palpable, esté más allá de la estratosfera, inalcanzable y alienado; ¡NOOOO!
Este planeta es parte del universo y es parte de él con todo lo que contiene, estamos adheridos al Universo, enclaustrados en él, cada uno de nosotros es parte del entramado cósmico.

Neruda le cantaba al alfarero, Antonio de Curtis le cantaba al labriego y varios poetas surrealistas y modernistas le cantaron al obrero; pues bien, nuestros alfareros, labriegos y operarios también son los astronautas, los ingenieros genéticos, los programadores informáticos, los astrofísicos, los ecólogos, los arquitectos e ingenieros y etcétera.
A propósito de carreras técnicas, tecnológicas, científicas y demás, es en esos terrenos donde más abundante es la cosecha de nuevos vocablos para los escritores, donde más fértil y prolífico es el acuñamiento de nuevas palabras, desde las ya ancianas pero siempre vigentes como: cromosoma, lisosoma, neurona, célula, telescopio, microscopio, magma, ígneo, metamórfico y sedimentario y déle y déle (quien más tenga más ponga)
Hasta las más novísimas, como: singularidad, horizonte de sucesos, neutrino, buzón, taquión (partícula más rápida que la luz puesto que carece de masa; al igual que el pensamiento; carente de masa, por tanto más rápido que la luz) sistemia, fractalidad, etc.

En realidad ningún escritor es solo un escritor y nada más, todo buen escritor tiene sus propios intereses personales o hobbies, hay a quienes les gusta la aeronáutica, el automovilismo, los deportes, las artes plásticas, la arquitectura, habrá unos que son amantes de los volcanes, otros que sienten pasión por las nubes y sus formas (cirros, cúmulos, nimbos); y cada escritor toma regalado de los campos que más les apasionan las palabras para fabricar su arte poética, y eso está mucho, muy bien.
Porque de esto se trata la literatura, no sólo de embellecer las vivencias humanas, sino también de ampliar el vocabulario del Hombre a fin de que podamos abarcar mayores porciones de realidad a través de glosarios cada vez más amplios, vastos, extensos y ricos. Porque la cantidad de realidad que podemos abarcar es directamente proporcional a la cantidad de palabras que podemos dominar, mientras más vocablos usamos mayor es la porción de realidad que podemos observar, y esto es así porque la mente humana es simbólica (y es además asociativa y disociativa, analítica y sintética según la conveniencia).

Ahora, aclarados estos puntos, (más para mi entendimiento propio que para los lectores)
pasemos a definir el Megarrealismo como una corriente literaria que busca abarcar la mayor porción posible de realidad, tanto a nivel macrocósmico como a nivel cuántico y relativista pasando por todos los intermedios habidos y por haber.
Es una corriente que quiere descubrir la realidad multidimensional, pues somos seres multidimensionales, la realidad cuántica, pues los cuantos de energía son los bloques que forman nuestros cuerpos físicos, la realidad relativista pues estamos imbuidos de relatividad hasta los tuétanos, lo sepamos o no.
Y todo esto sin dejar de lado las realidades onírica, neurolinguista, psicológica, espiritual que son todas realidades tan reales como el teclado que estoy golpeando con mis dedos, y el que objete esta sentencia de seguro nunca se ha despertado sudando frío y con el corazón cual potro desbocado después de una pesadilla.

Quiero profundizar un poco sobre este asunto de la multidimensionalidad resultante de las teorías cuántico relativistas y quiero hacerlo porque se me plantean cuestiones filosóficas extrañas que quisiera compartir con todo el que se pueda.
Primero comencemos con la Paradoja del Abuelo:
Si viajo al pasado y mato a mi abuelo antes de que logre casarse y; por tanto, tener hijos
entonces, en el presente no he nacido y por tanto no puedo viajar al pasado ni matar a mi abuelo, de ello resulta que mi abuelo sí tiene hijos y nietos y puedo viajar al pasado a matarle de nuevo.
En estos hechos hay dos universos paralelos, uno en el que yo existo y el otro en el que no existo (porque no he nacido); por otro lado, mi abuelo existe en ambos universos.
Ahora, tomando como referencia al abuelo, cuál es la posibilidad verdadera:
1-Mi abuelo coexiste en ambos universos sin saberlo
2-Hay dos copias de mi abuelo, una en cada universo, son dos clones independientes que; pero, pueden influenciarse mutuamente puesto que son dos caras de la misma moneda, dos cuerpos del mismo ente.
3-Hay dos copias de mi abuelo, como dos gemelos idénticos, una en cada universo, pero cada uno es totalmente independiente del otro y por tanto no hay manera de que se influencien mutuamente.
Tal vez haya otras posibilidades pero ahora no se me ocurren más; ¿no les parece intrigante todo este asunto?
Además, si podemos viajar al pasado y visitar a nuestros abuelos cuando eran muchachos, entonces el tiempo no es algo que transcurre; en efecto el concepto de continuum espacio temporal indica que el tiempo es un constituyente intrínseco del Universo y por tanto de todo su contenido; es decir que nosotros estamos hechos de espacio y de tiempo, el tiempo no transcurre ante nosotros sino que es parte fundamental (junto al espacio) de nuestra constitución Biomolecular.
La comprensión de estos hechos le da todo un nuevo sentido a la posibilidad de la eternidad, porque esto significa que al morir no hacemos otra cosa que renacer del vientre de nuestra madre actual, en la misma fecha en que nacimos, y con el mismo nombre y apellido; podríamos parangonarlo a lo que sucede al jugar un videojuego;
una vez que en pantalla sale el tan nefasto GAME OVER; reseteamos la consola y comenzamos de nuevo.
¿Será que la muerte no es otra cosa que un GAME OVER y la reconcepción y el renacimiento no son más que el enésimo reseteo?
De ser así cobran suma importancia en nuestras vidas los DEJA VÚ y las intuiciones, porque seguir nuestra intuición significaría no repetir errores ya cometidos.
Además ante esta posibilidad se conjugan y se encuentran el determinismo fatalista con el libre albedrío, de manera que; aunque todo está predeterminado también todo se puede modificar en nuestras existencias, baste seguir la intuición cuando nos dice “NO HAGAS ESO” y “Mejor haz esto otro porque nunca lo has hecho antes, veamos qué sale de ello”.
Esta sería una nueva manera de ver la reencarnación, aunque quiero admitir que yo creo en la reencarnación como trasmigración de las almas a otros cuerpos distintos de éste, pero es más un deseo que una creencia, el deseo de viajar a los confines del Universo en sendas naves espaciales y conocer otras formas de vida, posiblemente no basadas en el DNA y ni siquiera en cadenas carbonatadas, tal vez inteligencias de silicio…

A propósito de la posibilidad de vida extraterrena, hay algo que me inquieta, y se refiere a la teoría de Cuerdas.
Según dicha teoría el Universo estaría sostenido por un entramado de cuerdas que forman algo así como una telaraña macroscópica, o tal vez el Universo sea; en última instancia dicho enorme, gigantesco, macrocósmico entramado.
Si esto fuera así, todos nosotros somos parte del entramado y nuestras acciones tendrían influencia no sólo sobre la humanidad toda, sino también sobre inteligencias alejadas zillones de años luz de nosotros.
Además, ante el entramado cósmico resultaría que toda la humanidad es un solo ente viviente y así como nuestras células conforman nuestros cuerpos, cada uno de nosotros es una célula del HIJO DEL HOMBRE (Con el permiso de Jesús Nazareno quien acuñó la frasecita).
Y así como las células de mis músculos estriados no tienen ni idea de la existencia de mis células hepáticas pero se influyen mutuamente, asimismo en China podría existir un señor Li Chan que no sabe que existo y aun así recibe mi influencia al mismo tiempo que recibo la de él, es decir que los siete mil millones de humanos que habitamos La Tierra nos influimos unos a otros, tanto con nuestras acciones como con nuestros pensamientos; si esto es así cobra mayor importancia la Programación Neuro Lingüística y todas las ramas de la psicología abocadas al estudio del ÉXITO, pues mi manera de pensar afecta la manera de pensar del HIJO DEL HOMBRE como un todo.
Hay mucha tela que cortar, demasiadísima tela que cortar, lo que sí puedo adelantar es que mientras las ciencias y tecnologías progresan a velocidad luz, la Filosofía en todas sus ramas (incluidas las literarias) progresan a velocidades subsónicas, y digo esto porque incluso la ciencia ficción está atrasada.
Aunque las series de ciencia ficción si son entretenidas, la verdad es que unas son Westerns anacrónicos y las otras son Novelas Feudales y Caballerescas, emplazadas en el futuro, nada nuevo bajo el sol.
Yo no sé qué tan difícil sea ponernos al día con las ciencias y tecnologías, lo que si sé es que llegó la hora de botar nuestros motores de propulsión a chorro y substituirlos por sendos motores WARP o como sea que se llamen los que viajan más rápido que la luz.

Hay muchos otros temas que me gustaría abarcar, pero necesito primero reordenar mis ideas, lo cierto es que lo que se pretende con el Megarrealismo es sublimar y comentar realidades multidimensionales.
Como cierta vez dije, si tan sólo pudiéramos deshacernos de los límites tridimensionales de nuestros cerebros y observar el mundo con los ojos multidimensionales de la mente cuántica, la poesía megarrealista ya existiría desde hace siglos y se eternizaría.
Por otro lado, una de las características más importantes que nos hacen humanos, es la de lograr transmutar en posible lo imposible, así que aunque el Megarrealismo fuera imposible de alcanzar, se bien que alguien, algún día lo hará posible.
¿Por qué no nosotros?

En última instancia quiero acotar que el megarrealismo no trata de formas sino de contenidos, de manera que acepta todas las formas habidas y por haber en cuanto a métrica; tanto estricta como libre, rima, tanto consonante como asonante y blanca, y ritmo rimado y no rimado, fonético, semántico, simbólico e ideográfico o cualquier combinación de todos ellos.
Recordemos que el primer avión –construido por los hermanos Wrigth- tenía ruedas de bicicleta, motor de automóvil y fuselaje de madera y tela; lo que hace evidente que buena parte de la genialidad consiste en combinar formas pasadas para obtener resultados presentes y futuros.
Los megarrealistas debemos estar abiertos a todas las posibilidades pues queremos ser el parangón del HORIZONTE DE SUCESOS y de LA SINGULARIDAD donde todas las posibilidades coexisten.
Esto de seguro permitirá la creación de formas y estructuras poéticas jamás pensadas y junto a contenidos tan exóticos como los propuestos (y muchos más por proponer; quien más tenga más ponga) le daremos un nuevo respiro y un nuevo giro a la ya tan trillada creación literaria.